Burnout laboral: cómo detectarlo al volver de las vacaciones
Septiembre marca para muchas personas el regreso a la rutina, los horarios y las responsabilidades del trabajo tras el descanso del verano. Para algunos, esto supone una adaptación natural, pero para otros, el retorno puede poner en evidencia un problema más profundo: el burnout laboral, también conocido como síndrome de desgaste profesional. Este trastorno, reconocido por la OMS, no es simplemente “estar cansado del trabajo”, sino una respuesta crónica al estrés laboral prolongado que afecta tanto a nivel físico como emocional y mental.
¿Qué es el burnout?
El burnout es un estado de agotamiento extremo causado por una sobrecarga de exigencias laborales sostenidas en el tiempo. Se caracteriza por tres componentes:
- Agotamiento emocional: falta de energía, sensación de estar «quemado».
- Despersonalización: actitud distante o cínica hacia el trabajo o compañeros.
- Baja realización personal: sensación de ineficacia y pérdida de motivación.
No solo afecta al rendimiento profesional, sino que también repercute en la salud física (dolores, insomnio, fatiga), en la vida personal y en la estabilidad emocional.
¿Por qué se nota más al volver de vacaciones?
El periodo vacacional interrumpe momentáneamente la rutina y permite desconectar del entorno laboral. Sin embargo, si al regresar la sensación de agobio, ansiedad o rechazo hacia el trabajo aparece desde el primer día (o incluso antes), puede ser una señal de alerta. La vuelta al trabajo no debería generar angustia constante ni síntomas como insomnio, apatía, irritabilidad o pérdida de concentración. Si ocurre, es momento de prestar atención.
¿Qué puedes hacer?
- Escucha a tu cuerpo y a tus emociones. El cansancio permanente o la desmotivación no deben normalizarse.
- Pon límites laborales claros. Desconectar fuera del horario de trabajo no es un lujo, es una necesidad.
- Cuida los hábitos básicos: sueño, alimentación, ejercicio y relaciones sociales saludables.
- Busca apoyo profesional si los síntomas persisten o interfieren con tu calidad de vida.
El burnout no desaparece solo con descanso ocasional. Requiere identificar la causa, cambiar patrones y, en muchos casos, apoyo psicológico para gestionar el estrés y recuperar el equilibrio. Si sientes que necesitas apoyo para afrontarlo, pide cita con nuestros especialistas en psicología y se encargarán de ayudarte.
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